El estado más grande de Asia oriental, la República Popular de China, tiene planes ambiciosos para ir más allá del poder regional y desempeñar un papel clave en la arena política mundial.
Luego de medidas exitosas para construir fuerzas terrestres y navales, Beijing comenzó a modernizar la fuerza aérea, realizando planes para crear un componente aeroespacial estratégico de las fuerzas armadas nacionales de clase mundial.
El plan presentado por el Ministerio de Defensa de China incluye tres etapas.
El primer paso, diseñado para el período hasta 2020, prevé la mejora de la flota de aviación estratégica, la optimización de su estructura de construcción y gestión. Como resultado, la aviación estratégica debe poder usarla tanto en operaciones defensivas como ofensivas. La base de la flota de aviones, como la ven los generales chinos, serán los bombarderos estratégicos de cuarta generación.
La segunda etapa (de 2020 a 2035) incluye una renovación completa de la flota de aviación con la transición a la operación de aeronaves de la quinta y las generaciones posteriores.
En la tercera etapa final, que está programada para ser completada a mediados de siglo, las fuerzas armadas chinas deberían tener las fuerzas aeroespaciales más modernas, superando a cualquier tipo similar de estados extranjeros en su capacidad de combate.
El rápido desarrollo de las fuerzas armadas chinas no deja ninguna duda de que el vecino de Rusia del este de Asia se asegurará una posición dominante en el sector aeroespacial.